Daniel Monzón revive a las jóvenes “caídas” que el franquismo encerró, uno de los episodios más oscuros (y recientes) de España con las mujeres

El Patronato de Protección a la Mujer fue una institución franquista que hasta 1984 ejerció un férreo control patriarcal sobre aquellas “mujeres caídas o en riesgo de caer”, consideradas menores de edad hasta los 25 años, que no comulgaban con la moral del régimen. Sobre este mecanismo de represión que dependía del Ministerio de Justicia, habla Ruega por nosotras, la nueva película de Daniel Monzón.
Tras siete semanas en Vizcaya el equipo se ha trasladado ahora a Barcelona, concretamente a la escuela Collaso y Gil, convertida para la ficción en el Centro de Observación y Clasificación. “Era una especie de comisaría llevada por monjas donde recibían a las chicas que traía la policía o los padres que consideraban que sus hijas debían ser encauzadas y en este espacio se clasificaban. Les hacían un reconocimiento ginecológico y si eran vírgenes se las tildaba de completas y si no, eran incompletas. A partir de ahí, se las llevaba a un centro más o menos severo”, señala Monzón a La Vanguardia en una pausa del rodaje.

Zoe Bonafonte encarna a Ana, una joven rebelde de 19 años de familia bien
David HerranzHasta ese centro va a parar Ana, la protagonista del filme, interpretada por Zoe Bonafonte, una barcelonesa de 19 años y rebelde a ojos de su acomodada familia que, tras una fuga nocturna, es trasladada por su padre a ese lugar. La película sucede en 1974 y se alarga hasta 1979. En el tránsito en el que muere Franco y llega la democracia. “Toda España está cambiando, llega la Transición, pero las chicas que están encerradas en el Patronato no tienen ninguna noticia de que haya llegado la democracia. Todo se mantiene incólume dentro de este espacio”, denuncia el director, quien vuelve a escribir el guion al lado de Jorge Guerricaechevarría tras éxitos como Celda 211, El Niño o Las leyes de la frontera.

Manuela Calle y Zoe Bonafonte encarnan a Sole y Ana, dos chicas de distinta clase social que entablan amistad
David HerranzEl realizador empezó con el proyecto “a través de un reportaje de prensa y empecé a investigar. Di con tesis doctorales, documentales y libros de Consuelo García del Cid, una mujer que pasó por el Patronato”. De hecho, el título Ruega por nosotras viene de uno de sus libros. “Son unas páginas terribles de nuestra historia que han sido acalladas durante muchísimos años. Una realidad oculta que la película de alguna forma viene a revelar”, dice Monzón.
Son unas páginas terribles de nuestra historia que han sido acalladas durante muchísimos años. Una realidad oculta que la película de alguna forma viene a revelar Daniel Monzón
En el reformatorio regentado por monjas y sometida a un brutal régimen disciplinario, Ana trabará amistad con Sole (la debutante Manuela Calle), una chica de pueblo con una vitalidad contagiosa que conecta al instante con ella. Esa luminosa amistad será lo que mantendrá a Ana a flote. La película va de esa historia de amistad y, por otro lado, también refleja el enfrentamiento de Ana con la madre superiora, encarnada por Adelfa Calvo.
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Para Monzón el rodaje está siendo “muy grato” porque todas son chicas muy jóvenes, la mayoría son debutantes, “y me estoy agarrando a esa energía de la adolescencia”. Afirma que las que pasaron por el Patronato recuerdan aquello como una “tragedia tremenda”, pero “nosotros estamos contando cuando ellas eran jóvenes y eso es lo que es terrible de la película, ver cómo tratan de anular su energía, su vida”, agrega el cineasta, quien puntualiza que las monjas “no eran malvadas porque sí, ellas también estaban sumidas en el mismo régimen y creían a a muerte lo que hacían”. Por eso es una película que atiende “a la humanidad de todos los personajes. No son buenos o malos. La vida está formada de grises”.

Ana y Sole traban amistad en uno de esos reformatorios para chicas
David HerranzNi Bonafonte ni Calle sabían lo que era el Patronato antes de formar parte del proyecto. “Desconocía que tantas mujeres hubieran acabado en centros en los que eran maltratadas y sometidas a trabajos forzados en una época contemporánea de nuestros padres y madres sin que ellos tuvieran ni idea de lo que ocurrió”, admite Bonafonte, que asume su primer papel protagónico después de darse a conocer en El 47 . “Yo conocía el tema de Peñagrande y los bebés robados, algo de lo que se ha hablado mucho pero nunca se ha dado la importancia que tuvo el Patronato”, indica Calle.
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Bonafonte asegura que le contaron que desde fuera la gente pensaba que las chicas del patronato estaban locas. “Había mucho estigma por parte del mundo exterior hacia lo que ocurría dentro del patronato y para ellas, cuando salían de allí, compartir que habían estado en ese lugar era algo que les provocaba mucha vergüenza”. A su lado, Calle declara que se ha creado un vínculo muy especial con el resto de compañeras del filme “porque todas ellas representan una realidad de muchas mujeres. Es una película de ficción pero cuenta casos reales. Nunca vamos a saber lo que vivieron de verdad pero creo que esta historia se acerca bastante y me he emocionado mucho rodándola”. Al respecto Bonafonte añade: “Para mi ha sido un viaje emocional muy fuerte interpretar a Ana”.
Si el Patronato aún existiera, todas estaríamos allí encerradas. Ves a personajes que no han hecho nada para acabar en el centro Zoe Bonafonte
Además, ambas coinciden en que si el Patronato aún existiera, “todas estaríamos allí encerradas”. “Ves a personajes que no han hecho nada para acabar en el centro. Una de ellas está porque tiene muchos hermanos, otra porque ha salido de fiesta, otra porque fuma... para nuestra generación ahora es bastante impresionante conocer estas historias. Creemos que va a impactar mucho. Tienen que verla. Es muy importante saber bien de dónde venimos”.

Daniel Monzón, pensativo, durante el rodaje
David HerranzUn 95% del reparto está integrado por mujeres. “Apenas aparecen personajes masculinos en esta historia, y los que hay no salen muy bien parados”, dice sonriendo Monzón. Y es que hace tiempo que el director nacido en Palma quería hacer una película de mujeres. “Es un anhelo que tenía. Estoy rodeado de mujeres. He sido criado por mujeres, vivo con mujeres, tengo una hija, una mujer y una perrita”. Desde el momento en que leyó el artículo y empezó a investigar “sentí que quería contar esta historia. Entre otras cosas se lo debo a mi hija”, confiesa emocionado. “Para que no vuelva a suceder algo así. Esto no es un pasado tan pasado. Se prolongó hasta 1984 cuando yo estaba yendo al cine. En estos tiempos que estamos viviendo, en los que parece que los pasos que damos hacia adelante no se van a revertir, hay que estar muy avizor porque los avances son muy fáciles volverlos atrás y hay historias que hay que contar y recordar para que no vuelvan a suceder”.
Desde que empecé a investigar sentí que quería contar esta historia. Entre otras cosas se lo debo a mi hija. Para que no vuelva a suceder algo así. Daniel Monzón
Considera que Ruega por nosotras es una película muy “dramática, aunque imbuida de vida. El único pecado que cometían estas chicas era querer vivir, amar, divertirse....ser ellas. Y había un sistema que quería hacer pasar por un agujero muy estrecho a todas las mujeres que consideraban que no eran católicas, apostólicas y romanas”. Para Calle, “debutar con una película así es super emocionante” y para Bonafonte supone “un reto actoral todos los días de rodaje”. Hablan maravillas de Monzón y del “buen rollo” entre el equipo. “Es lo mejor que nos podía haber pasado. Es un director extremadamente bueno y empático”. La película es una producción de Arcadia en coproducción con la francesa Noodles Production y será distribuida en cines por Elastica a mediados del 2026.
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